La NBA se juega su imagen ante los fanáticos.

En los últimos días ha habido horas de discusiones, pero nada de acuerdo. Los juegos de la pretemporada ya han sido cancelados y lo mismo ocurrirá con las primeras dos semanas de campaña regular 2011-2012, que debería comenzar el 1 de noviembre, si no se logra un acuerdo laboral este lunes.


Pero no todos en la NBA gozan de sueldos multimillonarios y justamente en las desigualdades salariales está parte del problema.


No sólo se intenta negociar la repartición de las ganancias, sino qué es lo que se va a repartir (derechos de televisión, mercancía, venta de entradas). Mientras los dueños proponen un 50-50, el sindicato de jugadores asegura que no aceptará menos del 53%, tomando en cuenta que el anterior convenio colectivo les otorgaba el 57%.


Con el paso que llevan las negociaciones, lograr un acuerdo podría tomar más tiempo del previsto y una posible cancelación de la temporada generaría un descontento en el público difícil de reparar, además de potenciales daños a la imagen de la liga, similar al que le ocurrió al béisbol de Grandes Ligas en los años 90.


¿Avaricia?

Según el Informe del sportingintelligence 2011, si se promedian los ingresos, los jugadores de la NBA son los deportistas mejores pagados del mundo. Por esa razón, para muchos es inconcebible que por un 3% o 4% más o menos de ganancias, se ponga en juego toda una temporada.


Sus fanáticos también son especiales: se trata de un público que, a pesar de la actual crisis económica, está dispuesto a invertir grandes sumas de dinero con la condición de disfrutar del deporte que les gusta. Esa fidelidad, sin embargo, podría verse a prueba.


A propósito, el periodista deportivo Iván González dijo a BBC Mundo que es posible trazar un paralelismo con la huelga en las Grandes Ligas ocurrida en 1994, que provocó mermas en la asistencia a los estadios. "Fue muy lamentable, la afición sentía que se trataba de un problema de avaricia", dijo González.


La gente se decepcionó y al año siguiente el número de personas que acudió a los parques fue mucho menor. Esa fue la venganza de los aficionados que, cuando asistían, lo hacían con pancartas que criticaban la posición que asumieron los jugadores y dueños de equipos".


La diferencia obvia, explica González, es que una entrada a un partido de béisbol puede costar US$10, mientras que para un partido de la NBA, en la última fila y de pie, el costo puede llegar a ser de unos US$150.


A eso habría que sumarle el gasto de estacionamiento, comida (perros calientesque cuestan US$10) y demás parafernalia (remeras de US$80), que el fanático de baloncesto debe costear cada vez que asiste a un partido.


Diferencias

René Rincón, encargado de las relaciones públicas del jugador del baloncesto venezolano Greivis Vásquez -quien obtuvo un contrato de dos años con la NBA en 2010 por US$2,15 millones- intenta explicar otra cara de la moneda.


"Mientras que las grandes estrellas como Kobe Bryant y Lebron James tienen contratos astronómicos, el futuro de un novato es incierto. Asegurar la permanencia en esta liga es muy difícil: eso no es como el béisbol o en el fútbol americano. Permanecer en esta liga es tan difícil como llegar", dijo Rincón a BBC Mundo.


"Las desigualdades salariales son tan obvias que han generado diferencias entre los mismos jugadores: a pesar de que se han mantenido unidos en esta disputa laboral, algunos quieren que el conflicto se resuelva ya para poder jugar, mientras que otros preferirían que continúe".


"De hecho, cerca de 80 jugadores han firmado contratos en el exterior, para -además de prever que no haya temporada- darse a conocer y ganar dinero", aseguró Rincón.


El caso es que mientras las negociaciones continúan -entre el comisionado de la NBA, David Stern, el vicecomisionado, Adam Silver y el base Derek Fisher, de Los Ángeles Lakers, y otros- se debe tener en cuenta que la disputa no solo involucra a jugadores y dueños de equipo, sino también al público que acude a los juegos, responsables de una gran parte de los ingresos de la liga.



BBC Mundo