La prestigiosa revista económica 'Forbes' incluye este año a Donald Sterling, todavía dueño de Los Angeles Clippers, en su lista de las 1.000 personas más ricas del mundo.
Está de los últimos, con un patrimonio de 2.000 millones de dólares (1.467 mill. de euros). Justo la cantidad que pagará un antiguo ejecutivo de Microsoft para comprar los Clippers.
La mujer de Sterling, Shelly, ha llegado a un acuerdo para vender la franquicia a Steve Ballmer. Una transacción pendiente de la aprobación del resto de dueños, con un mínimo de un 75% de apoyo.
Una vez se confirme, la NBA logrará su objetivo: sacarse de encima a Sterling, vetado de por vida por sus declaraciones racistas, por las que ya pagó una multa de 2,5 millones de dólares. Calderilla si tenemos en cuenta el beneficio que va a sacar.
Sterling compró los Clippers en 1981 por 12,5 millones de dólares y los venderá por 2.000 millones, la cantidad más alta pagada nunca en la NBA, superando los 550 millones de dólares(403 mill. de euros) pagados por los Milwaukee Bucks a principios de año.
Sólo Los Angeles Dodgers de la Major League Baseball, vendidos en 2012 a un grupo del que participa Magic Johnson, les supera en el deporte profesional yankee: 2.300 millones de dólares (1.687 mill. de euros).
Pero Sterling quiere más y ha demandado a la NBA por daños: pide 1.000 millones de dólares de indemnización (733,5 mill. de euros).
"La demanda del señor Sterling es predecible pero no tiene ningún fundamento", asegura Rick Buchanan, vicepresidente ejecutivo de la NBA. "Entre otras debilidades, no hay 'venta forzosa' de su equipo por la NBA, lo que significa que sus demandas antimonopolio y de conversión no son válidas. Es su esposa Shelly Sterling, y no la NBA, quien ha llegado a un acuerdo para vender los Clippers. El señor Sterling se queja de unos hechos que ni siquiera existen".
Sterling busca más beneficio económico en un momento en el que su imagen está bajo mínimos: es el hombre más odiado de EE.UU. según una encuesta de E-Poll Market Research.
