Vettel gana el Gran Premio de Singapur, pero no el título todavía.

Sebastian Vettel ha dejado visto para sentencia el Mundial de Fórmula 1 2011 al conquistar en Marina Bay su novena victoria de la temporada, al estilo de todas las demás de esta temporada y para la que le han configurado un Red Bull asi: hacer la 'pole', volar dos vueltas para evitar estar en zona de DRS y mantener un ritmo constante, no muy veloz en punta, pero demoledor de media sobre todo en el paso con curva.

Vettel aguantó la primera plaza en la salida y ya no volvió a ver a nadie por los retrovisores durante el resto de la carrera en la que realizó tres paradas impecables. Sólo durante la salida del coche de seguridad, tras el accidente de Schumacher en la vuelta 29, estuvo cuatro giros el líder con ciertos agobios. Pero en cuanto se marchó el 'safety' otra vez impuso su ritmo demoledor: entre uno y medio y dos segundos por vuelta más rápido que el resto de sus rivales durante casi toda la carrera.

Pronto se dio cuenta de ello Jenson Button, que se quedó la segunda plaza en la salida, y el propio Fernando Alonso, que heredó la tercera tras una estupenda maniobra aprovechando que Webber y Hamilton se enredaron. El español frenó tardísimo por fuera y se marchó en pos de un podio tan complicado como esperanzador.

Porque apenas en una decena de giros Fernando empezó a sufrir una degradación inesperada de esos compuesto superblandos. Nadie en Ferrari esperaba ese bajón con el mejor compuesto para el F150 y en la vuelta 10 el asturiano hizo su primera parada para montar los blandos, compuesto que ya no abandonaría el resto de la carrera.

Ahí empezó su pelea de 50 vueltas con Webber por la tercera plaza del podio, visto que el ritmo de Vettel y Button era superior al suyo. Fernando le rebañó la tercera tras la primera parada del australiano y aguantó mecha de forma meritoria, pero tras la salida del coche de seguridad, Webber se la arrebató cuando Alonso empezaba a quitarse doblados de encima, sobre todo al propio Alguersuari, que desató la crítica de Ferrari por su resistencia.


Sea como fuere Webber aprovechó el juego de neumáticos más nuevo, ya que entró justo al salir el safety mientras Fernando llevaba varias vueltas con ellos, para marcharse del español cómodamente y dejar una decena de segundos de ventaja a mitad de carrera que Fernando ya no pudo levantar, tampoco tras la tercera parada de ambos.


Por delante Vettel llevó una cómoda ventaja hasta las cinco vueltas finales en las que problemas de consumo, o de frenos, secreto de sumario, le llevaron a tener que levantar el pie ya con el último juego de superblandas. A Button le recordaban lo que pasó en Canadá, cuando apretando hasta el final provocó el error de Vettel en la última curva de la carrera y ganó el gran premio.


No ocurrió en Marina Bay, hasta los doblados le echaron una mano, y Vettel cruzó la bandera a cuadros con la ventaja suficiente para dejar sentenciado el Mundial. Por un punto no fue campeón, y sólo la victoria del inglés en Suzuka y dejar él de puntuar en Japón evitarán la segunda corona. Nadie más puede ser ya campeón que ellos dos.


Webber se dejó llevar hasta el tercer peldaño del podio mientras Fernando concluía cuarto a un mundo (55 segundos), con Jaime Alguersuari decimoquinto tras sufrir como nadie la salida del coche de seguridad hasta que tuvo que abandonar por un accidente en la antepenúltima vuelta de carrera.