La estrella alemana brilla con 38,5 de fiebre

Aun febril, Dirk Nowitzki es un jugador letal. Sus 21 puntos de anoche acreditan que es un baloncestista diferente, único, además del referente absoluto de Dallas.

"Simplemente hemos luchado", resumía el alemán, que disputó el cuarto duelo de las finales con 38,5 de fiebre, recordando al irrepetible Michael Jordan. En el quinto partido de las finales del 97, MJ anotó 38 puntos y capturó 7 rebotes en la victoria ante los Utah Jazz.


La pasada madrugada era Nowitzki quien se echaba el equipo a la espalda. Sus compañeros y su entrenador no escatimaron elogios ante el esfuerzo sobrehumano del ala pívot de Wurzburg. "Intentamos darle todo el descanso posible. En los tiempos muertos, le acercábamos una silla para que pudiera sentarse.

Nadie podrá acusarle de no haberse esforzado", comentaba un orgulloso Rick Carlisle, técnico de los 'Mavs'.

Tras el partido, su compañero Tyson Chandler confesó que, al principio del día, el germano apenas podía hablar. "Estaba tosiendo constantemente", explicó.

Dirk Nowitzki analizaba así la situación: "El jueves estaré en mejores condiciones. Voy a ver si duermo un poco esta noche, tomo algunos medicamentos y me recupero para el próximo partido".


MJ

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