La crisis económica azota el Deporte Dominicano

Las dificultades económicas que vienen enfrentando eventos deportivos de primer nivel, entre ellos, los principales torneos de baloncesto y béisbol de categoría superior, la tardanza en la entrega de los recursos para la preparación de los atletas que nos representarán en los Juegos Panamericanos de Guadalajara, además de un largo, etcétera, son un reflejo de la crisis financiera que azota el país. Porque el deporte, como parte intrínseca de la sociedad, también sufre las consecuencias de los problemas que aquejan a una nación.


Dice un refrán que grandes males, grandes remedios, pero aquí se hace caso omiso a esa sabia sentencia y seguimos como si nada estuviese ocurriendo. En ese sentido, vemos como a pesar de las carencias y de no contar con el debido respaldo económico, se sigue hacia adelante con el montaje de eventos, que de antemano se sabe que enfrentarán muchos inconvenientes en su desarrollo, si es que logran finalizar.


No honran compromisos
Lo más sensato sería no embarcarse en una empresa que está destinada a fracasar o que en su trayecto, tenga que ser suspendida por falta de recursos. ¿Cómo es posible que un grupo de dirigentes contraiga compromisos que luego no puede honrar, sólo por el hecho de organizar un torneo contra viento y marea, que no cuenta con los medios económicos para subsistir? Al final, se quedan sin cobrar el personal administrativo y de apoyo, los árbitros y todos aquellos que trabajaron en la justa. Igualmente existen directivos de clubes que osadamente contratan jugadores de alta cotización y después no cuentan con el dinero para pagarles por su servicio.


La consigna parece ser: “busquemos los jugadores para tratar de ganar, que los cuartos se conseguirán tarde o temprano. Y si no aparecen, por lo menos hacemos un buen papel”. Así las cosas, quienes pagan esta irresponsabilidad son los atletas y el cuerpo técnico.


¿Qué hacer?
Me voy a enfocar en el tema del baloncesto, pero también puede aplicarse a otros deportes que están atravesando por las mismas penurias. Mi sugerencia es que la federación de esta disciplina limite el número de torneos superiores que cada año se organizan en el país. Si nos abocamos a la realización de un estudio de factibilidad, nos daremos cuenta de que no existen suficientes empresas para patrocinar la alta cantidad de eventos que actualmente se celebran. Porque no estamos hablando de torneos modestos y de bajo presupuesto, ya que la mayoría de estos certámenes se quieren montar al más alto nivel y con la participación de jugadores de cartel.


Tenemos que hacer las cosas acorde a la realidad que vivimos, que nos aconseja optimizar los recursos y arroparnos hasta donde la sábana nos alcance.


¿Cómo reducir el total de eventos? Una solución al problema, a mi juicio, sería que la FEDOMBAL divida el territorio nacional por regiones y que en cada una de ellas se celebre un torneo superior.


El formato
En estos eventos participarían equipos representativos de las provincias que conforman las diferentes regiones. Siguiendo ese esquema, por ejemplo, en la región Este se organizaría un certamen en el cual competirían conjuntos de La Romana, San Pedro de Macorís, Hato Mayor y otras provincias que la Fedombal considere que están en capacidad de participar en un evento de este nivel. El número de equipos permitidos por cada provincia también sería determinado por la federación, de acuerdo a la disponibilidad y calidad de sus jugadores. Lo mismo podría hacerse en una región conformada por la provincia de Santo Domingo y el Distrito Nacional, zona donde en estos momentos se montan hasta cuatro torneos superiores.


Un solo evento
En esta región, de acuerdo al planteamiento que hago, se celebraría un único evento, con la participación de los clubes de mejor estructura organizativa y con una buena producción de jugadores en las categorías menores. Estos clubes serán seleccionados por las diferentes asociaciones de la demarcación. La federación debe dejar a un lado el populismo y establecer que no todas las asociaciones están en capacidad de celebrar un torneo superior de baloncesto con todas las de la ley.


La Fedombal no puede permitir que el baloncesto dominicano continúe desprestigiándose con el montaje de certámenes mal organizados y que incumplen con sus compromisos económicos, porque esto terminará de alejar a las pocas empresas que todavía ven a esta disciplina como un medio para promocionar sus productos y servicios.


Mario Emilio Guerrero