Paige Spiranac lleva la polémica al mundo del golf

Desde que el mundo del marketing y los negocios hiciera del deporte uno de sus principales escenarios para su explotación comercial, nada, absolutamente nada, puede darse o entenderse como simple casualidad o fruto del azar. La última polémica surgida al efecto es la que ha desencadenado en el mundo del golf Paige Spiranac, una guapísima jugadora norteamericana que ha provocado las críticas del sector más ortodoxo de este deporte al dudar si la jugadora participa en los torneos por su rendimiento deportivo o por su extremada belleza, un verdadero reclamo para las firmas y marcas comerciales.

Paige Spiranac lleva la polémica al mundo del golf

Cualquier aficionado al mundo del deporte al que se le mencione el nombre de Paige Spiranac muy probablemente no sepa relacionarlo ni tan siquiera con la especialidad deportiva concreta en la que participa. Si la misma cuestión se trasladara a los aficionados al mundo del golf, un elevado porcentaje igualmente también desconocerían de quién se trata.

Esta situación, ajustada a la realidad, es la que se está dando dentro de este deporte con el caso de la joven jugadora norteamericana Paige Spiranac, cuyo mayor reclamo dentro del terreno meramente deportivo es el de su estreno en el circuito profesional. Probablemente nunca antes un debut en dicho circuito de una jugadora novata haya causado tanta polémica como la que ahora presenta el de la joven golfista estadounidense, cuyos rendimientos a nivel deportivo son más que modestos hasta el punto de levantar suspicacias acerca de su debut como profesional.

¿Juega por calidad o por su belleza?

A pesar de que muchos han visto en esta pregunta que se hace todo el mundo dentro del sector como una cuestión indudablemente machista, los datos del rendimiento deportivo de la joven Paige son tan incuestionables que nadie en el mismo se resiste a la tentación de hacerse dicha pregunta, más en el entorno sumamente profesionalizado en el que se desenvuelve el mundo del deporte.

Paige tiene apenas 22 años y, aunque se formó en el prestigioso programa de golf de la San Diego State University, su rendimiento como jugadora de golf no llama la atención más que el que pueda poner en práctica cualquier otro practicante novato de este deporte. Sin embargo, su belleza, su habilidad para hacer malabarismos con los palos de golf y las redes sociales, han convertido a la joven jugadora en una verdadera sensación mediática dentro del mundo del golf, lo que le ha llevado a convertirse en un importante reclamo para las firmas y marcas comerciales. Y ahí es donde está el verdadero problema.

La joven, que ya era una estrella en redes sociales debido a su escultural cuerpo y a esas habilidades o trucos con los palos de golf, rápidamente llamó la atención de las marcas que vieron en la jugadora la estrella mediática que el mundo del golf femenino necesita. Su salto al terreno profesional estaba más que anunciado dado el potencial, aunque fuera mediático, que la joven acapara en torno a ella. Pero de ahí a hacer su debut en el Omega Dubai Masters, el cuarto torneo de mayor cuantía económica en el circuito europeo, ha levantado todo tipo de suspicacias incluso dentro de sus propias compañeras de deporte.

La jugadora no ha disputado todavía ni un sólo torneo profesional pero es más: nunca ha jugado fuera de los Estados Unidos y, por si fuera poco, su rendimiento con los palos de golf, más allá de esos trucos, no habría llamado nunca la atención de cualquier cazatalentos de no haber estado acompañado por este éxito mediático. La fuerte presión que los patrocinadores personales de la jugadora y del propio torneo han realizado para que la misma esté presente en él han generado una fuerte polémica en sus nuevas compañeras de profesión, que reconocen abiertamente que desconocen por completo quién es la nuevajovencita que llega al circuito.

La presencia y el debut de Paige ha generado en sí mismo una fuerte polémica incluso en los sectores más feministas de la sociedad norteamericana, que ven en el hecho una instrumentalización más de la mujer como objeto que obtiene un premio, la invitación a dicho torneo, no precisamente por sus capacidades deportivas. La pregunta está en el aire, ¿juega por guapa o por buena jugadora?

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