La aprobación oficial de la controvertida nueva camiseta del primer equipo del FC Barcelona para la temporada próxima, rompedora porque cambia las tradicionales rayas azul y grana verticales por otras horizontales, no se producirá hasta que ésta logre el visto bueno de toda la Junta Directiva. Hasta ahora el 'sí' a Nike procedía de un grupo minoritario de directivos y ejecutivos, eso sí, los de más peso, empezando por el presidente Josep Maria Bartomeu.
¿Significa eso que la nueva camiseta podría ser rechazada y pasar a mejor vida? En absoluto. A estas alturas Nike ya ha iniciado la maquinaria que le llevará a producir millones de elásticas con el nuevo diseño. Los contratos con sus distribuidores son inminentes y la fabricación en grandes cantidades también.
Sí que es probable que algunos directivos alcen la voz en la junta en la que se aborde el tema de la nueva camiseta, no tanto por su diseño, que también, sino por no haber participado en absoluto en una decisión que, aunque pueda parecer anecdótica, no lo es en un club como el Barça: solo hay que ver el intenso debate social que ha generado. Algunos directivos, de hecho, vieron por primera vez la revolucionaria camiseta a través de la prensa.
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