Marc Márquez había utilizado por dos veces el adjetivo 'aburrida' para calificar sus dos últimas victorias en Argentina y Jerez, así que en Le Mans decidió recuperar su versión Moto2 y marcarse un triunfo con remontada incluída. Pasó décimo por el primer giro y después de ir zampándose fichas 'a lo Marc Marquez' once vueltas después se puso líder y ya no volvió la vista atrás. Quinta victoria consecutiva, saliendo de una pole que esta vez no aprovechó, y aumenta su liderazgo a la par que su leyenda.
'Baby Márquez' necesita divertirse y eso está muy claro. Eso de darle al gas desde la pole y, si te he visto no me acuerdo, no va con él en una pista. Desde que era aún más 'baby' le ha gustado adelantar unidades, fajarse con sus rivales y después, si se terciaba, irse a por la victoria. La quinta victoria seguida fue su más memorable en MotoGP y su sonrisa en el parc fermé también.
"Cuando deje de divertirme dejaré de ir rápido, así que espero que esto dure mucho tiempo", apuntó Marc. Para el espectáculo fue fantástico verle llegar desde la décima plaza y ganar porque sus cabalgadas en solitario empezaban a ser preocupantes.
Y meritorio el podio 150 en categoría reina de un Valentino Rossi en plena segunda juventud a sus 35 años que sólo se dejó pasar por Marc. Y aún más el tercero de un Álvaro Bautista que tras las tres caídas iniciales se ha recompuesto y acabado en Le Mans como la segunda mejor Honda, para regocijo de su buen amigo Marc con quien se fundió en un gran abrazo.
Las salidas son el único punto débil de Márquez y se metió en un pequeño problema cuando Dovi, Bradl, Pol Espargaró y Rossi pasaron por delante de él en la primer curva. Pero la cosa empeoró al llegar a Garage Vert, con una colada al alimón junto a Jorge Lorenzo y décimo en el primer paso por meta.
Y ahí empezó la remontada, con el adelantamiento siempre en la curva dos. Se preparaba bien la salida de la curva uno y estocada a la salida de la dos. Pedrosa, Bautista, Lorenzo, Bradl, Pol Espargaró cayeron así y en la 12ª vuelta, una colada de un Valentino, que ya iba con el gancho, le abrió la puerta a la 37ª victoria de su carrera y undécima en MotoGP.
Rossi tuvo un arranque espectacular, y los errores iniciales de Márquez le permitieron tomar unos dos segundos respecto a él. Para cuando se puso líder en la cuarta vuelta era 1"6 su renta. Porfió 'Il Dottore', pero Márquez iba ya en el tren bala, caliente de tanto adelantar a rivales que deben disputarle el título y apenas se fajó con él después de cometer su error.
El tercer cajón iba a ser cosa de Álvaro Bautista y Pol Espargaró, inéditos en esas posiciones por las que deben luchar Dani Pedrosa y Jorge Lorenzo, los grandes derrotados de la jornada. Dani, recién operado de síndrome compartimental, salía condicionado y terminó quinto, lo que le permite mantener la segunda posición en la tabla por dos puntos sobre Rossi. Sexto un Jorge Lorenzo que sigue desdibujado, ya no sólo es cuestión del chasis y aquí no corrió con su 'maldito' neumático duro trasero, y ya está a 80 puntos de un líder de otro planeta.
Finalmente Bautista sumó su tercer cajón de siempre, tras Misano y Motegi ambos en 2012, frente al 'rookie' Pol Espargaró, que en Le Mans ha demostrado ya está preparado para las grandes empresas, después de cinco carreras MotoGP
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