La promoción para la pelea del sábado entre Floyd Mayweather y
Saúl Alvarez la llama "The One", dos breves palabras en inglés que
abren un amplio abanico de traducciones.
"La Unica", podría ser una buena forma de calificar
este combate entre dos púgiles invictos por las coronas súper welter del
Consejo y la Asociación Mundial de Boxeo. Es la única en años que acapara la
atención del todo el mundo deportivo, la única capaz de generar ventas
estratosféricas en el sistema pague por ver y de paralizar a México durante 12
(o menos) asaltos.
"El Unico" o "El Elegido" serían otras dos
posibles interpretaciones. Después de todo, el ganador de la reyerta pautada en
un límite de 152 libras (68,95 kilos) en el MGM Grand de Las Vegas quedará solo
en la cima, con la foja intacta y el boxeo a sus pies.
Sea cual sea la traducción preferida, resta por ver si
Mayweather (44-0, 26 nocauts) y Alvarez (42-0-1, 30 nocauts) ofrecen un
espectáculo a la altura de su fama y la publicidad generada por la pelea. "Mucha
gente pensó que esta pelea no se iba a dar", comentó Mayweather,
considerado casi de forma unánime como el rey libra por libra del boxeo.
El combate se concretó sin problemas después que Alvarez y
Mayweather ganaron sus respectivos compromisos con apenas dos semanas de
diferencia: "Canelo" derrotó por decisión unánime a Austin Trout el
20 de abril, en el que fue el mayor reto de su carrera, y "Money"
apabulló el 4 de mayo a Robert Guerrero.
El duelo con Trout fue el mayor reto de Alvarez hasta ese
momento. Lo que le espera ante Mayweather es otro cuento. A los 36 años,
Mayweather supera por 13 a su oponente mexicano, aunque cuentan con casi la
misma cantidad de peleas. Sin embargo, al estadounidense le sobra talento,
mañana y exhibe una condición física incomparable, fruto de un estricto régimen
alimenticio y de ejercicio.
Además, con la mejor defensa del boxeo y reflejos felinos,
Mayweather ha evitado el castigo que mina las facultades de otros púgiles de su
edad. Sumado a que sólo ha promediado una pelea por año desde 2007, el
resultado es un boxeador con la experiencia de un veterano, y la condición de
un muchachito.
La exhibición que dio contra Guerrero fue un ejemplo perfecto.
Tras vencer al aguerrido Miguel Cotto en mayo de 2012, en una batalla en la que
recibió más castigo que de costumbre, y luego pasar 60 días en la cárcel por un
caso de violencia doméstica, muchos se preguntaban si Mayweather habría perdido
si acaso una chispa de velocidad o reflejos. Nada de eso. El oriundo de Grand
Rapids, Michigan, pero hijo adoptivo de Las Vegas, le dio un baile a un rival
seis años menor y que tenía sólo un revés como profesional.
En otras palabras, el Mayweather de siempre estaba de vuelta,
aunque la realidad es que nunca se fue. "Floyd se mantiene en excelente
condición, y es un peleador muy relajado. Está en su mejor momento",
analizó Mike Tyson, el ex campeón mundial del peso completo y otrora número uno
del cuadrilátero. "Será muy difícil que alguien le gane a Floyd por ahora,
a menos que no se entrene".
El entrenamiento no parece ser un problema para
"Money", quien afirmó tres días antes del combate que ya estaba en el
peso acordado en el contrato. El estadounidense detuvo la báscula en 150,5
libras el viernes en el pesaje oficial, mientras que Alvarez pesó 152 y se vio
pleno, para enterrar los rumores de que tenía problemas para llegar al límite
acordado.
Mayweather tiene de nuevo en su esquina a su padre, un ex
boxeador del mismo nombre con quien en el pasado tuvo su buena cuota de
polémica y roces. Esos problemas parecen ser cosa del pasado, y desde que el
púgil firmó su histórico contrato con Showtime por seis combates y más de 200
millones de dólares, dejó a un lado sus antiguas malacrianzas y monerías. Este
Mayweather es todo un hombre de negocios, que cobrará 41,5 millones de dólares
por este combate que ha generado enorme expectativa.
Al punto de que ver la pelea por la televisión paga cuesta 74,95
dólares. Alvarez, a pesar de su corta edad, también es una máquina de hacer
dinero. Su tajada por esta pelea podría llegar a unos 12,5 millones de dólares.
El pelirrojo con cara de niño fue catapultado a la fama por la
potencia de sus puños, pinta de galán y la generosa ayuda de Televisa, el gigante
de la televisión abierta mexicana que lo arropó desde hace varios años.
Esa popularidad fue evidente en una ceremonia de pesaje que
atrajo a más de 12.000 fanáticos, la gran mayoría en respaldo del mexicano.
"¡Canelo, Canelo!", gritó la multitud después del pesaje, cuando
Alvarez rehusó posar con Mayweather y el cinturón del CMB.
"Canelo" no ha enfrentado un rival del nivel de
Mayweather, ni siquiera de su misma galaxia, pero tampoco hay que minimizar los
méritos de su victoria sobre Trout -quien venía de superar a Cotto- y contra
los veteranos Shane Mosley y Kermit Cintrón. Algunos se preguntan si el nacido
en Juanacatlán, Jalisco, y boxeador profesional desde los 15 años, está listo
para un reto de tal envergadura. La respuesta llegará pronto.
"Siempre en cada pelea escucho que mi graduación, que mi
graduación, que si mi mejor momento", señaló Alvarez, algo fastidiado por
las dudas sobre si maduró lo suficiente como para encarar esta pelea. "Eso
ya pasó. Esta es una pelea importante para mí, es la pelea más importante, sin
duda".
Alvarez cree que Mayweather, campeón en distintas divisiones
desde hace 15 años, ha reinado demasiado tiempo en el boxeo. Y que es hora de
una nueva era, la era del Canelo. "Le vendría bien al boxeo",
sentenció el mexicano. "Y lo más importante, es que para mí también".
AP