
La
carrera de Gregg Popovich comenzó mucho antes de la NBA. Las huellas se
remontan casi cuatro décadas atrás, más precisamente al año 1979, cuando llegó
su primera oferta laboral para dirigir a Pomona-Pitzer, un programa que unía a
las dos escuelas (Pomona College y Pitzer College) en un mismo equipo.
Tim Duncan tenía sólo tres años, Manu
Ginobili se preparaba para su segundo
cumpleaños y Tony Parker aún era
un proyecto a futuro de sus padres. Popovich, hijo de madre croata y padre serbio,
se graduó en la Air Force Academy, se especializó en estudios soviéticos en la
Academia de la Fuerza Aérea antes de someterse a la capacitación de espionaje y
servir cinco años en el Ejército.
Llegó
a Pomona-Pitzer tras ser asistente del gurú defensivo Hank Egar en Air Force
(años más tarde fue asistente suyo en Spurs), y de inmediato se hospedó en uno
de los dormitorios de estudiantes, junto a su mujer y sus dos niños. El equipo
era un verdadero espanto y el récord de la primera temporada lo dijo todo: dos
triunfos y 22 derrotas, cayendo incluso ante Caltech, equipo que tenía un
récord NCAA de 99 derrotas consecutivas.
"Tomó dos años para que la gente nos
conozca", dijo Popovich a Alan Drooz de Los Angeles Times. "Los cuatro años restantes
nos dedicamos a reclutar para construir un equipo diferente".
Popovich
ganaba sólo 17.000 dólares al año, pero sin embargo rebozaba de felicidad. Era
una persona muy querida dentro de la Universidad. No tenía opciones de dar
becas ni un presupuesto acorde para confeccionar un equipo de elite, pero sin
embargo comenzó a hacer sus primeras armas con el material disponible dentro de
la escuela.
No le decían 'Pop', sino 'Poppo'. Aún no lucía la
cabellera blanca, sino que, como recolecta
Bill Plaschke, de Los Angeles Times,
aún lucía "el pelo negro, una chaqueta deportiva a cuadros con parches en
los codos, y corbatas que nunca le llegaban al cinturón". Popovich estaba
encargado con su mujer del dormitorio estudiantil en el que residían. Llevaba a
sus hijos caminando al jardín de infantes por la mañana y los buscaba por la
tarde. Solían comer en la cafetería. Por momentos, manejaba la van de la
escuela y también tenía entre sus funciones presidir el comité de estudiantes.
Su
espacio de trabajo estaba alejado del estadio de la Universidad que, como
recoge Plaschke, era "viejo y pequeño, con marcadores en las paredes y
aros de madera en los costados". Necesitaba estar cerca, no podía ir y
venir a diario porque significaba una pérdida de tiempo crucial. ¿Qué hizo?
Tomó una decisión que hoy luce alocada: limpió un armario cerca de la cancha y
lo convirtió en su propia oficina.
Popovich había jugado en Air Force para un entrenador
llamado Bob Spear, cuyo programa se extendió desde 1956-57 hasta 1970-71, año
en que 'Poppo' egresó. Recuerda Jon Posnanski, de NBC Sports, que Spear "creía en el movimiento, en
el ritmo constante, sin pausas. Creía que los cortes, desplazamientos, cortinas
y rol, escapes por líneas de fondo y demás era la gran diferencia del
básquetbol. El movimiento lo llamaron 'The Spear Shuffle'.
En su sexto año como coach, Popovich guió a los suyos
al título intercolegial de Southern California, tras 68 años de frustraciones. "Es una gran satisfacción para mí. El trabajo ha pagado",
dijo en aquel entonces a Los Angeles Times. "No
es coincidencia que los Spurs luzcan como un equipo universitario en la
NBA", le dijo Curt Tong, ex director atlético de Pomona, a Bill Plaschke.
"Cuando estuvo aquí, nunca juzgó a los jugadores por los puntos anotados,
sino por los roles que ocupan en la cancha". Larry Brown, entrenador en
aquellos años de Kansas State y uno de los genios defensivos más reconocidos de
la NBA, fue el mentor de Popovich. Le ofreció un puesto como asistente
voluntario y no lo dejó escapar.
"Larry Brown me tocó la puerta un día", dijo Popovich a la página oficial de las fuerzas
armadas de USA. "No se por qué, pero lo hizo. Nos
sentamos y dijimos: 'Intentémoslo'".
¿Quién era asistente en aquellos días en Kansas? R.C.
Buford, hoy gerente general de los Spurs y uno de los mejores ojos clínicos del
mundo a la hora de seleccionar jugadores 'tapados'. "No hay duda que Larry
nos dio a mí y a Gregg una nueva forma de ver el mundo. Ninguno de los dos
pensaba que iba a llegar a la NBA. Era lo más lejano que había en nuestras
mentes. Larry abrió esas posibilidades", recuerda Buford a NBC Sports.
Años
más tarde, en 1994, Popovich fue quien contrató a Buford como Head Scout de
Spurs y jamás se ha ido del equipo desde ese entonces. En el verano de 1997 fue
elegido como director de scouting de la franquicia y dos años después fue
promovido a la posición de asistente de manager general. Ya como manager
general, Buford ganó tres campeonatos de NBA (2003, 2005 y 2007).
Luego
de trabajar en Kansas, Popovich cumplió con la palabra que le había dado a sus
jóvenes dirigidos y regresó para una temporada más con Pomona-Pitzer. Llegó a
la NBA como asistente principal de Larry Brown en 1988 y estuvo en ese cargo
hasta 1992. Tuvo un breve paso por los Warriors de Don Nelson y luego regresó
en 1994 a San Antonio como manager general y vicepresidente de operaciones de
básquetbol, justo cuando Peter Holt compró el equipo.
En
1996, Popovich quitó del cargo de entrenador a Bob Hill y se puso a él mismo.
No fue hasta la llegada de Tim Duncan, en 1997, cuando su plan maestro empezó a
funcionar. El nacimiento de las Torres Gemelas. El movimiento sistemático de
jugadores en la cancha que había nacido en los años de Bob Spear se mezcló con
la defensa obsesiva de Hank Egar y Larry Brown, formando un combo exitoso que
aún vive tras casi dos décadas de duración.
La
clave del éxito de Popovich fue y es la construcción de jóvenes talentosos en
jugadores de básquetbol. La búsqueda del bien común como método infalible, la
enseñanza que busca siempre alejarse -hasta donde se pueda- de la inmediatez de
los resultados.
A
sólo días de su quinta participación como entrenador en jefe en unas Finales de
NBA, Popovich sigue siendo el mismo hombre que nació como entrenador al sur de
California. Los años no parecen haber contaminado el espíritu. Al contrario, lo
mejor que tuvo allí lo arrastró junto a él a la luz. En definitiva, quien
decide cortar sus raíces, ya no tiene naturaleza para crecer. El viejo mundo de
'Poppo', el nuevo mundo de 'Pop', está construido con una materia prima sin
fecha de vencimiento.
Por Bruno Altieri
ESPN.com
ESPN.com