Sólo una salida nula podía destronar a Bolt. Y así fue. Los astros se alinearon, Usain se precipitó y su infracción hizo temblar los cimientos del atletismo. Su compatriota Blake se impuso con 9.92 en la final de los 100 metros de Daegu. Los gritos de rabia de Bolt ya forman parte de la historia de este deporte.
El jamaicano Yohan Blake es el nuevo rey de la velocidad mundial. El paisano de Bolt se impuso con suficiencia al estadounidense Walter Dix que hizo 10.08 en un duelo apasionante por la plata con Kim Collins que fue una centésima más lento.
Christophe Lemaitre terminó en cuarta posición con 10.19. El francés tenía ante sí la oportunidad de su vida para acceder a los altares de los 100 metros, pero se tuvo que conformar con la llamada medalla de chocolate. La carrera se desarrolló con viento en contra que soplaba a la velocidad de 1.4 metros por segundo.
La maldición de los 100 metros en los últimos tiempos continúa. Bolt, quien había ganado con claridad meridiana sus dos series anteriores, se adelantó a los otros finalistas de manera flagrante. Una final que todavía se dolía de la lesión de Gay y de los positivos de Mullings y Rodgers, sufrió su enésimo revés. El icono del atletismo mundial se despedía del viaje al Olimpo de la velocidad antes de embarcar.
MJ