
José Sulaimán, presidente del Consejo Mundial de Boxeo (CMB), ha pedido a los árbitros que realicen un mejor uso de la norma incluida en el reglamento este mes que permite poner fin a los combates antes de lo previsto si uno de los boxeadores ha sido severamente castigado.
El ejemplo más claro sobre en qué combates aplicar esto es en el combate entre Pacquiao y Margarito, donde este último rehusó retirarse a pesar de la soberana paliza que le estaban pegando y que provocó que, aparte de perder el título de peso superwelter, tuviera que ser sometido a una cirugía para reparar una fractura en el ojo derecho por la paliza que recibió.
Margarito, tres veces campeón mundial, recibió más de 400 golpes, pero se negó a renunciar, pese a que apenas podía ver, ya que tenía el ojo izquierdo inflamado y un corte debajo del derecho, también muy hinchado.
Ante eso, Sulaimán es claro: "El CMB (...) da autoridad a los árbitros para detener las peleas cuando consideren que ha habido demasiado castigo para un boxeador y que no tiene oportunidad de ganar. Cuando ven que un boxeador ha sido castigado tanto (...) deberían detener la pelea por razones de seguridad. La seguridad es la columna vertebral del CMB".
Así, Sulaimán afirmó que el combate debió pararse después de ocho 'rounds' y elogió el intento del filipino por tratar de persuadir al árbitro Laurence Cole para detener la pelea en el 11: "Margarito no tenía más oportunidad (...) de ganar la pelea de ninguna forma y estaba siendo seriamente herido".
MJ