
Y eso que, con Jorge García como referencia en ataque y Seawright convirtiéndose en el amo de la 'pintura' a pesar de sus problemas con las faltas, Baloncesto León llegó a mandar hasta por ocho en la primera mitad (22-30) y entró por delante en el cuarto decisivo (56-57), pero esta vez no salió cara en la recta final y los de Javi de Grado saborearon el hasta ahora desconocido sabor de la derrota.
Igualdad al descanso
Baloncesto León comenzaba a carburar y acabaría por dar el salto de calidad en el inicio del segundo cuarto, donde los secundarios se sumaban a la fiesta y, con un Jorge Calvo muy acertado y que anotaba seis puntos casi consecutivos, los leoneses se iban hasta una máxima renta de ocho (22-30) que obligaba a pedir tiempo muerto a Gonzalo García.
Surtió efecto el parón en Melilla, que apretó los dientes en defensa ante un León que tenía en las numerosas pérdidas su 'caballo de batalla', y que con Montañana y Glenn como principales estiletes iba recortando poco a poco su desventaja hasta colocar el empate (35-35) coincidiendo con la llegada del descanso.
Cinco minutos sin anotar
Sin embargo, todo se complicó en un mal inicio de ese último periodo, en el que a León se le apagaron las luces en ataque, tomando decisiones precipitadas y no siendo capaz de anotar en los primeros cinco minutos, por lo que Melilla lograba irse con un parcial de 7-0 hasta los seis de ventaja (63-57).
Rompía Rocchia la 'maldición' que parecía haberse instalado en cada ataque leonés con un triple que venía seguido de una canasta de Jorge García que volvía a poner a León ' a tiro' (63-62); pero Melilla no renunciaba al intercambio de canastas y con Yebra entrando en 'calor' volvía a irse a siete (71-64), su máxima renta del choque y un 'billete' asegurado para la victoria final.
MJ