LeBron y un brillante J.R. Smith, demasiado para los Hawks

Los Cavs han asestado el primer golpe en la final de la Conferencia Este tras derrotar (89-97) a unosHawks que se fueron desinflando según iba avanzando el partido. LeBron James (pese a su regular 12/26 en tiros, ejerció como el gran líder que es para aportar 31 puntos, ocho rebotes y 6 asistencias y dejar atrás a Michael Jordan) y la aparición estelar de un inspiradísimo J.R. Smith (cuando está en racha, es imparable) fueron demasiado para los de Budenholzer, claramente superados en la batalla por el rebote (37-49). No obstante, y pese a perder a las primeras de cambio la ventaja de campo, lo más preocupante para la franquicia de Atlanta es la lesión que DeMarre Carroll sufrió en la pierna izquierda. A falta de comprobar qué determinan las pruebas médicas (en un principio se habla de un esguince en la rodilla), no parece que el alero (máximo anotador de su equipo en estos Playoffs) pueda recuperarse a tiempo para plantar cara a Cleveland a lo largo la serie. Su marcha camino de los vestuarios se produjo en medio de un estremecedor silencio.

Lo que contrasta y mucho con el gran ambiente que se vivió en un Philips Arena repleto hasta la bandera. Ni Floyd Mayweather quiso perderse el debut de los Hawks en unas finales del Este desde que en 1968 la franquicia se trasladara a Atlanta. Espoleados por la generosa entrega de su público, los locales arrancaron fuertes y liderados por un notable Jeff Teague (27 puntos) se pusieron con un +9 (24-15) a falta de tres minutos para la conclusión del primer periodo. El propio Teague sacaba provecho de un Kyrie Irving que pese a que finalmente pudo disputar el Game 1 evidenció estar muy lejos de sus mejores condiciones físicas. Además, la segunda personal de LeBron allanaba el camino para los halcones. Si la sangría no fue a más se debió a que las torres de Cleveland (tanto Mozgov como Tristan Thompson acabaron firmando sendos doble-dobles) dieron oxígenos a los de David Blatt capturando balones bajo el aro.

En esas estábamos hasta que J.R. Smith decidió aparecer. El escolta volvió a partir desde el banquillo en beneficio de un Iman Shumpert que no fue el que vimos durante la eliminatoria ante Chicago. Pero para suerte de su equipo, Smith completó un partido extraordinario. No sólo en ataque (28 puntos -tope personal en las eliminatorias por el anillo, además de ser toda la producción anotadora del banquillo de 'cav'- con un 8/12 en triples), sino también en defensa. Al poco de inicarse el segundo cuarto clavó tres lanzamientos desde más allá del arco que despertaron el apetito de LeBron. Entonces, 'King' James tomó el relevo para acabar firmando 14 de sus 16 tantos al descanso. Pero en el bando contrario Teague seguía sacando partido de su superioridad sobre el mermado Irving. Así que al intermedio llegamos con un empate a 51. 

En esas nos movimos durante buena parte del tercer cuarto. Intercambio de golpes más o menos constantes entre ambos contendientes a la espera de la aparición de algún hombre que decantara el triunfo para un lado u otro. Y la de anoche era la de J.R. "Cuando se calienta, se calienta extremadamente", explicaría poco después Blatt. Así que volvió a sacar brillo a su rifle de francotirador y entre los minutos finales del tercer periodo y los primeros del último fue matando las esperanzas de los Hawks. Triple a triple. "Una vez que empecé a tirar, todo el mundo me pidió que siguiera haciéndolo", explicó el protagonista. No era para menos. En cosa de siete minutos de juego pasamos del 63-63 al 67-85.

Para apuntalar el triunfo, con buen criterio, Blatt redujo considerablemente el tiempo en pista de Irving durante la segunda mitad. Así, el daño que Teague causaba en la defensa de los de Ohio se redujo. Pese a ello, Atlanta apretó los dientes, sacó el orgullo y llegó a soñar con una remontada histórica. A lomos de Al Horford y un Bazemore que no se arrugó, los Hawks completaron unparcial de 13-1 que a falta del último minuto les mantenía con vida (87-91). Entonces surgió la figura de LeBron James, quien se repuso de un errático cuarto periodo con un mate bestial (a ver quién era el guapo que se entrometía en su camino al aro debió pensar Korver) y dos tiros libres que apuntalaron la victoria de sus Cavs. Un triunfo que permite a los de Ohio romper su maldicióna domicilio en los Game 1: había fallado en sus 14 oportunidades previas. Y mientras, en Atlanta cruzan los dedos por Carroll. "Somos una hermandad. No quieres que nadie se lesione como él", destacó el propio LeBron. Espectador de lujo de una jugada que puede acabar decantando la eliminatoria.